El hipopótamo Flopi
Érase una vez, un hipopótamo que no sabía nadar, por más que le intentaban enseñar, no se movía de la orilla. Un día, la ballena Mursa que estaba por allí nadando, se acercó a Flopi y le preguntó porque no se metía un poco en el agua con el resto de los hipopótamos y poder divertirse con sus compañeros.
- No se nadar - dijo Flopi.
- No pasa nada. Metete y nada, yo te ayudaré - dijo Mursa.
Flopi intentó con todas sus fuerzas volver al mar y nadar con la ayuda de la ballena Mursa y unas rocas cercanas. Flopi estaba muy feliz pero a la vez triste porque siempre había pensado que nadar era mucho más emocionante y el mero hecho de ver la sencillez que era el poder nadar se desilusionó. Se encontraba algo confuso, no sabía ya lo que quería realmente, y tras varias horas dándole vueltas, se dió cuenta que lo que necesitaba realmente era amigos para pasar aventuras con ellos.
Para encontrar esos amigos, nadó por el océano atlántico y llego a unas islas peculiares, llamadas Islas Canarias, allí se encontró con el tiburón Rafa. el tiburón Rafa le animó a operarse y ponerse aletas para pasar el resto de sus días en el mar con él y sus amigos. Desafortunadamente, el cirujano no tuvo su día y se equivocó de paciente, cosa que descubrió al mirarse de espejo la mañana siguiente.
El cuento no tiene continuación porque nuestros lazarillos serán los que pongan el final. Espero que está pequeña parte os haya gustado.
